En julio de 1940 un grupo de aguilarenses decide constituir una nueva hermandad penitenical bajo el título de Cristo de la Expiración. Sale por primera vez en la Madrugada del Viernes Santo de 1944. La procesión llama la atención por la sobriedad, hasta el punto que la hermandad se conoce popularmente con el nombre de Cofradía del Silencio.

La imagen es una talla completa de la escuela granadina, de finales del siglo XVII, habiendo sido restaurada por Miguel Arjona en 1984.

Procesiona sobre un paso barroco en madera de pino de Flandes en su estructura interna y de caoba de Brasil en el exterior, con incrustaciones en plata, llamador del mismo metal y cuatro hachones de cera en las esquinas y cuatro evangelistas realizados por Don José Carlos Rubio.